En este momento de reflexión y alegría, siento la necesidad de abrir mi corazón y expresar mi gratitud más profunda. Escribo estas líneas no solo como una tradición, sino como un eco de mi alma, que desea compartir la luz que siento.
En primer lugar, doy las gracias. Gracias a Dios, al Universo, a la Fuente, a la Vida, por todo lo que me da cada día: el amor inquebrantable de mi familia, el techo que me cobija, el alimento, los desafíos que me hacen crecer y las incontables bendiciones, grandes y pequeñas, que a menudo pasan desapercibidas. Mi familia, mi hijo y mi pareja es el regalo más preciado, el núcleo desde donde todo amor se expande.
He comprendido que la Navidad, más que una fecha, es un estado del corazón. Es la mejor manera de vivir: dando y recibiendo amor. En ese intercambio sincero, encontramos la verdadera magia, la calidez que nos reconforta y nos une.
Por eso, hoy bendigo cada instante de mi vida, los luminosos y los oscuros, pues en todos hay una lección, una semilla de bien. Y desde esta gratitud, elevo una plegaria, un deseo que comparto con vosotros:
Pido PAZ, para que el ruido del mundo no apague nuestra voz interior.
Pido ARMONÍA, para que aprendamos a convivir en respeto y belleza, con nosotros mismos, con los demás y con este planeta que nos sostiene.
Pido AMOR, pues el amor todo lo sana, todo lo comprende y todo lo une.
Mi mayor anhelo es que todos los seres humanos podamos despertar nuestro corazón. Que como una flor que se abre al sol, permitamos que lo mejor de nosotros florezca. Si cada uno lo hiciera, no solo mejoraríamos nuestro mundo, sino que crearíamos un multiuniverso de amor absoluto. Ese, sin duda, es nuestro mayor potencial y nuestra riqueza más verdadera.
Que esta temporada y todos los días por venir estén llenos de esa luz. Llevais mi cariño y mi esperanza en estas palabras.
La reflexión de una Hermanita Violeta me inspiró para crear este mensaje que es ya de por sí un acto de amor y un despertar del corazón. Al ponerlo en palabras y querer compartirlo, todos estamos contribuyendo a ese multiuniverso de amor que anhelamos. ¡Gracias a mí hermanita Ana Cecilia por inspirarme con su hermosa visión! Recibir tanto o más amor del que dais. ¡Feliz Navidad y un año lleno de bendiciones!
Lúi Blanco_Hombre Medicina