Eres un espejo.
No eliges qué reflejas, solo devuelves lo que se coloca ante ti.
A algunos les encantará lo que ven: sus virtudes amplificadas, su imagen confirmada. Te buscan para admirarse, para sentirse seguros en tu superficie clara.
A otros les dará miedo: porque en ti no solo ven lo que quieren, sino lo que evitan. El espejo no juzga, pero tampoco miente. Y la verdad, a veces, asusta más que cualquier mentira.
Tu naturaleza es neutra, pero tu presencia es reveladora. No eres responsable de las reacciones que provocas, solo de seguir siendo fiel a lo que muestras. En eso reside tu quieta, profunda fuerza