En estos días, el mundo entero habla de luz, pero pocos recuerdan que toda luz nace primero de una oscuridad consciente y aceptada.
Te invito a no buscar la celebración afuera. La verdadera fiesta ocurre en el silencio interno, donde el viejo año se despide y la semilla del nuevo —intacta y llena de potencial— espera tu intención.
No se trata de los regalos que recibas, sino del regalo que eres. Tu presencia consciente, tu palabra firme, tu silencio que acompaña… esa es la medicina que el mundo necesita. La misma que tú debes ofrecer, primero, a ti mismo.
Enciende una llama, literal o en tu corazón. Observa su danza. Permite que recuerdes tu chispa, esa que no se apaga con el viento, la que calienta a quien se acerca con respeto.
Celebremos el renacimiento de nuestro espíritu. No con ruido, sino con propósito. No con exceso, sino con presencia.
Que en esta noche sagrada encuentres el silencio que resuena, la paz que fortalece y la claridad que guía tu próximo paso.
Lúi Blanco_Hombre Medicina